El misterio detrás de un ecógrafo que no encendía.

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El misterio detrás de un ecógrafo que no encendía.

Un día recibí la llamada de un médico al que conozco desde hace muchos años. Siempre he admirado su responsabilidad y la trayectoria que tiene en su profesión, así que cuando me comentó que su ecógrafo había dejado de encender, no dudé en atenderlo de inmediato.

Cuando me entregó el equipo, hicimos juntos una revisión superficial y confirmamos lo evidente: el ecógrafo no encendía. Tomé los datos, preparé todo y lo dejé listo para trabajar al día siguiente.

Al comenzar con la inspección, lo primero que me llamó la atención fue algo muy simple: el botón de encendido se sentía extraño al presionarlo, como si no tuviera el mismo recorrido normal. Esto ya me dio la primera pista, aunque todavía quedaba un largo camino por recorrer.

Continué con las pruebas y noté una irregularidad en los voltajes de la fuente de poder. En un inicio pensé que podría ser la causa del problema, pero más adelante se confirmó que era solo un defecto menor y no el origen principal de la falla. Lo mismo ocurrió con la tarjeta de control: después de revisarla a fondo, el equipo logró encender y funcionar con normalidad, lo cual me permitió descartar tanto la fuente como la lógica principal como responsables del fallo.

Entonces volví a lo primero que había notado: el teclado. Al abrirlo, me encontré con la sorpresa de que las pistas del botón de encendido estaban rotas, como si alguien las hubiera cortado intencionalmente para que no funcionaran. Además, todo el interior estaba sucio y en mal estado.

Resolverlo, al menos de manera funcional, no fue tan complicado. Una de las pistas todavía era utilizable, así que con una buena limpieza y adaptando el mismo botón, conseguí que el equipo volviera a encender. Eso sí, las pistas cortadas hacían prácticamente imposible una reparación completa del teclado, ya que la tarjeta tiene cortes muy profundos, pero al menos logramos que el ecógrafo quedara operativo nuevamente.

Finalmente, informé al médico sobre los hallazgos y los resultados. El ecógrafo encendía y funcionaba correctamente, aunque le recomendé evaluar un reemplazo de la fuente en el futuro para evitar que volviera a pasar.

Más allá de la reparación, este caso me recordó algo muy importante: a veces los problemas más grandes de un equipo no están en los módulos principales ni en las fuentes de poder, sino en un detalle tan simple como un botón o en la voluntad de algunas personas.

Hector Suarez
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