Durante CUATRO LARGOS AÑOS, el equipo de ultrasonido General Electric Logiq Pro Series permaneció en silencio. Polvoriento, olvidado en un rincón del consultorio, era un recordatorio constante de los días en que el doctor podía ofrecer sus servicios con orgullo y precisión. La falla del equipo lo obligó a detener su labor, y aunque varios técnicos intentaron devolverle la vida, ninguno logró descifrar el misterio.
Al encenderlo, el Logiq Pro mostraba un mensaje de error que no permitía iniciar correctamente el sistema. Algunos sospechaban que el problema estaba en el software, otros que se trataba de un fallo interno más profundo. Pero, tras varios intentos fallidos, el equipo quedó oficialmente fuera de servicio… hasta que llegó a nuestras manos.
Desde el primer diagnóstico confirmamos la sospecha: el software del equipo estaba dañado. Sin perder tiempo, nos propusimos conseguir una copia funcional para reinstalarlo y devolverle la operatividad. Sin embargo, pronto nos topamos con un gran obstáculo: el modelo ya estaba descontinuado, y encontrar su software original era prácticamente una misión imposible.
Pero como todo técnico sabe, “difícil” no significa “imposible”.
Después de una exhaustiva búsqueda, logramos conseguir el software original del Logiq Pro. Procedimos a instalarlo en el disco duro, pero, para nuestra sorpresa, el error persistía. El sistema seguía negándose a iniciar correctamente.
No nos rendimos. Decidimos probar con una versión más reciente del software, y esta vez… ¡El resultado fue un éxito! El equipo encendió sin errores y volvió a mostrar signos de vida. Sin embargo, aún no podíamos cantar victoria.
Faltaba un paso crucial: configurar la tarjeta MPU, el cerebro del sistema. En ella se encuentra un pequeño, pero vital componente llamado Time Keeper, un integrado con batería interna encargado de mantener la hora y fecha del sistema incluso cuando el equipo está apagado. Si este componente no está correctamente configurado, puede generar múltiples errores de software, desde mensajes extraños hasta algo tan curioso como que el idioma del sistema cambie repentinamente… ejemplo: ¡en chino!
Tras una cuidadosa configuración del Time Keeper y una última revisión general, el Logiq Pro Series volvió a estar 100% operativo.
Hoy, el doctor puede nuevamente ofrecer sus servicios, y aquel equipo que una vez fue dado por perdido volvió a la vida, demostrando que con paciencia, conocimiento y un poco de perseverancia, ninguna máquina está realmente muerta.
